Mónica MONTAÑO REYES y Marco Antonio CORTÉS GUARDADO (coords.). La profesionalización de la política. Guadalajara: Universidad de Guadalajara, 2019. ISBN: 978-607-547-750-3.

En términos teóricos y metodológicos, el legado de Giovanni Sartori resulta fundamental para comprender la evolución de la ciencia política y, por consiguiente, las discusiones contemporáneas sobre la democracia, los partidos o la transformación de los sistemas políticos. En ¿Hacia dónde va la ciencia política?, el politólogo italiano recuerda cómo, junto con Stein Rokkan, Juan Linz o Mattei Dogan, impulsó desde la década de 1950 la separación de la investigación narrativa de la cognitiva, con el objetivo de dotar a la ciencia política de un lenguaje especializado y bases metodológicas que le permitieran tener una identidad propia frente a disciplinas consolidadas como el derecho, la historia o la sociología.

En homenaje a su obra, el texto que aquí se reseña es un esfuerzo colectivo, resultado de la primera edición de la Cátedra Giovanni Sartori, organizada por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) y la Universidad de Guadalajara (UDEG). Su objetivo es favorecer el intercambio académico a través de la difusión de la obra de Sartori, formando politólogos con herramientas y capacidad para el estudio sistemático de la política. En la «Introducción», Mónica Montaño ofrece un recuento sobre la primera edición de la Cátedra, cuyo invitado especial fue el politólogo Manuel Alcántara, quien enfatizó la importancia de volver a centrar la mirada en aquellos individuos que hacen posible la política de manera cotidiana, en el contexto actual de crisis de representación y descontento hacia la democracia: los actores políticos. La exposición del profesor Alcántara da título a la obra que aquí se reseña, compuesta por siete capítulos que abordan desde la profesionalización y trayectoria de los actores políticos, hasta su abordaje metodológico o la calidad de su producción legislativa a través de estudios comparados y de caso.

En el primer capítulo, Cristina Rivas y Asbel Bohigues describen el Proyecto de Élites Parlamentarias (PELA-USAL), puesto en marcha en 1994 por investigadores de la Universidad de Salamanca, con el propósito de cubrir un vacío en el análisis de las élites políticas latinoamericanas. El PELA-USAL cuenta con más de 8.500 entrevistas aplicadas de manera periódica, por lo que constituye la única fuente sobre las opiniones y actitudes de los legisladores existente hasta el momento.

En «Evaluar a las élites: competencias, vocación y experiencia en Italia, España, México y Argentina», Mónica Montaño reconoce tanto la necesidad como las dificultades para clasificar y evaluar a los políticos de calidad, y propone un Índice de Calidad de los Políticos (ICPO). El ICPO está compuesto por dimensiones centradas en lo académico-profesional, la experiencia política y la evaluación de la trayectoria o vocación, por lo que su aplicación puede extenderse a distintos cargos públicos, así como al análisis de los partidos políticos.

En el tercer capítulo, José Ángel Cuevas ofrece una reflexión sobre el tipo de élites políticas que predominaron durante el periodo neoliberal en México. A partir de un análisis longitudinal de las trayectorias de 142 secretarios de Estado entre 1994 y 2018, el autor da cuenta de cómo, en un contexto de apertura democrática, la élite política mexicana se caracterizó por tener un perfil técnico que dio preponderancia a la especialización en materia económica, con cuadros con una carrera política desarrollada mayoritariamente en las altas esferas de la administración pública.

En «La profesionalización de los diputados federales en México», Sergio Bárcena reflexiona sobre cómo la medición de la profesionalización en México sigue representando un desafío importante. El autor plantea una nueva aproximación a partir del concepto «acumulación de capitales», aplicándolo a los integrantes del Congreso mexicano en cuatro etapas: hegemonía (1930-1963), transición reformista (1964-1996), pluralismo (1997-2018) y regreso al gobierno unificado (2018 al presente).

En «El camino a la profesionalización. Trayectoria política de los gobernadores en la Argentina democrática, 1983-2018», Agustín de Jesús aborda el caso argentino, centrando el análisis en el protagonismo que cobraron los gobernadores a partir de la crisis político-institucional de 2001. Se analizan las trayectorias de estos actores entre 1983 y 2018 en las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en un contexto de creciente fragmentación, territorialización del voto y debilitamiento del sistema de partidos.

En el sexto capítulo, Cecilia Rodríguez aborda, a partir de la dimensión descriptiva de la representación, la actividad legislativa de las mujeres en las legislaturas provinciales argentinas de Buenos Aires, Córdoba, Río Negro y Santa Fe entre 1995 y 2007. El propósito es comprender si existe una agenda legislativa diferenciada entre hombres y mujeres entre congresos provinciales y partidos políticos en distintos periodos legislativos, a partir de un análisis descriptivo del contenido de las leyes sancionadas que han sido propuestas por mujeres.

En el séptimo y último capítulo, Alberto Bayardo reflexiona sobre las dificultades inherentes al evaluar el oficio legislativo, tradicionalmente abordado a partir de la cantidad de iniciativas de ley propuestas por los parlamentarios. Desde una perspectiva de gestión pública, el autor vincula las iniciativas de ley con instrumentos que aportan soluciones a problemas públicos, proponiendo evaluarlas en términos de su vinculación con la atención hacia estos problemas, utilizando como referencia las iniciativas presentadas por el Poder Legislativo del Estado de Jalisco, México, durante la LX y la LXI legislaturas.

En el marco de la Cátedra Giovanni Sartori, La profesionalización de la política representa una obra que contribuye a profundizar una línea de investigación que centra la atención en el vacío existente en el análisis de los actores políticos, a partir del estudio de su perfil, trayectoria, calidad y producción legislativa, con el objetivo de vincular el contexto actual de crisis de representación y descontento hacia la democracia con el comportamiento y acciones de quienes se dedican a la política como profesión.

Cristian Márquez

Universidad de Salamanca